
Por Gwladys Fouche, Terje Solsvik y Tom Little
OSLO, 11 dic (Reuters) - María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, apareció en Oslo en la madrugada del jueves, escalando las vallas de seguridad de su hotel para abrazar a los simpatizantes, después de que la opositora venezolana no llegara a tiempo a la capital noruega para recibir su premio en una ceremonia celebrada horas antes.
La ingeniera, de 58 años, había salido en secreto de Venezuela con destino a Oslo, desafiando la prohibición de viajar impuesta por las autoridades de su país desde hace una década y tras pasar más de un año en la clandestinidad.
En Oslo, la galardonada describió la alegría de reunirse con sus hijos —que viven en el exilio— por primera vez en dos años.
"Durante más de 16 meses no he podido abrazar ni tocar a nadie", dijo Machado a la BBC. "De repente, en cuestión de unas horas, he podido ver a las personas que más quiero, y tocarlas y llorar y rezar juntas".
Machado saludó a decenas de personas desde el balcón del Gran Hotel de Oslo, donde tradicionalmente se alojan los premios Nobel, saludando y cantando el himno nacional Gloria al Bravo Pueblo junto con la multitud, que ondeaba banderas venezolanas y la filmaba con sus teléfonos móviles.
Más tarde, Machado bajó a la calle y trepó por encima de las barreras de la multitud para abrazar y estrechar la mano de las personas que se habían reunido pese al frío para tener la oportunidad de verla.
"Después de todos los meses en los que ella ha estado escondida, en los que su vida ha estado en peligro, creo que verla junto con toda la diáspora venezolana es un gusto y es saber que ella está bien. Es también una forma de que la causa venezolana tenga vida y es una forma de hacer más presión al régimen para que haya una transición en Venezuela", dijo Diana Luna, una mexicana-alemana que se encontraba entre la multitud.
La hija de Machado, Ana Corina Sosa Machado, aceptó antes el Premio Nobel en su nombre y pronunció un discurso de su madre en el que dijo que las democracias deben estar preparadas para luchar por la libertad con el fin de sobrevivir.
En su discurso, Machado dijo que el premio tenía un profundo significado, no sólo para su país sino para el mundo.
"Le recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz", dijo a través de su hija, cuya voz se quebró al hablar de su madre. "Y lo más importante, la lección que los venezolanos pueden compartir con el mundo, es una lección forjada en un largo y difícil camino: si queremos la democracia, debemos estar preparados para luchar por la libertad".
ABANDONÓ VENEZUELA EN BARCO
Machado abandonó Venezuela en barco el martes y viajó a la isla caribeña de Curazao, desde donde partió en un avión privado hacia Noruega, según una persona familiarizada con el asunto.
La fuente, que había sido informada por el equipo de Machado, dijo que su huida de la costa venezolana fue manejada por su personal de seguridad. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el viaje de Machado a Curazao, reportado en primicia por el Wall Street Journal.
Hablando en su hotel a primera hora del jueves, Machado dijo que planea regresar a Venezuela a pesar de los riesgos a los que se enfrenta.
"Por supuesto que voy a volver", dijo a la BBC.
Un gran retrato de una Machado sonriente colgaba en el Ayuntamiento de Oslo para representarla en la ceremonia. El público vitoreó y aplaudió cuando el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, dijo durante su discurso que Machado vendría a Oslo.
Evocando a los anteriores galardonados, Nelson Mandela y Lech Walesa, dijo que se esperaba que los luchadores por la democracia "persiguieran sus objetivos con una pureza moral que sus oponentes nunca muestran".
"Esto es irreal. Es injusto", dijo.
"Ninguna democracia funciona en circunstancias ideales. Los líderes activistas deben afrontar y resolver dilemas que nosotros, espectadores, somos libres de ignorar. La gente que vive bajo la dictadura a menudo tiene que elegir entre lo difícil y lo imposible".