Investing.com — El mercado podría estar exagerando el riesgo para el crecimiento económico de EE.UU. derivado de la agenda de aranceles punitivos del presidente Donald Trump, según analistas de Standard Chartered (LON:STAN).
En una nota a clientes, los analistas liderados por Steve Englander argumentaron que, mientras los aranceles de Trump no "se transformen en restricciones cuantitativas a las importaciones, los importadores deberían poder encontrar un precio de equilibrio en el mercado".
"Las restricciones cuantitativas pueden terminar siendo irrelevantes o causar escasez que eleve los precios mucho más bruscamente que los aranceles", señalaron.
La firma de corretaje añadió que el impacto de los crecientes aranceles de Trump sobre China "puede estar sobrestimado", destacando que aproximadamente el 22% de las importaciones desde el país han sido eximidas de los gravámenes. Algunos artículos fabricados en China también podrían seguir siendo competitivos incluso si se ven afectados por el arancel completo, mientras que hay un conjunto de bienes que podrían "producirse fácilmente en otros lugares", dijeron los estrategas.
Los importadores estadounidenses, mientras tanto, aparentemente han acumulado suficientes existencias para darse "tiempo para averiguar" cómo lidiar con cualquier impacto en los precios derivado de los aranceles, señalaron los analistas.
Trump anunció gravámenes punitivos sobre docenas de socios comerciales de EE.UU. a principios de abril, afirmando que las medidas eran necesarias para recuperar empleos manufactureros perdidos y reforzar los ingresos gubernamentales. Sin embargo, posteriormente instituyó una pausa de 90 días a los aranceles para la mayoría de estos países, alegando que daría a los funcionarios más tiempo para negociar una serie de acuerdos comerciales individuales.
China, crucialmente, fue omitida del retraso, y ahora enfrenta aranceles de al menos 145%. Pekín ha respondido con sus propios gravámenes del 125% sobre las importaciones estadounidenses, exacerbando las preocupaciones sobre una intensificación de la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
El jueves, Trump y el primer ministro británico Keir Starmer anunciaron un acuerdo comercial entre EE.UU. y Reino Unido, reforzando las esperanzas de que la Casa Blanca pueda asegurar acuerdos con otras naciones. Este fin de semana están previstas conversaciones en Suiza entre funcionarios estadounidenses y chinos, con Trump sugiriendo que los elevados gravámenes sobre Pekín eventualmente se reducirán.
Muchos economistas han advertido que los gravámenes podrían elevar los precios, pesar sobre el mercado laboral y afectar el crecimiento, mientras que varias empresas han señalado que la falta de claridad en torno a los planes comerciales de la Casa Blanca ha dificultado la planificación de futuras decisiones de inversión.
En el primer trimestre, el producto interno bruto de EE.UU. se contrajo debido en gran parte al aumento de las importaciones, aunque el gasto del consumidor y los indicadores del mercado laboral se mantuvieron resistentes.
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