Investing.com — La mayoría de las divisas asiáticas subieron el lunes, lideradas por el yen japonés y el dólar australiano, mientras el dólar estadounidense se desplomó a mínimos de tres años tras el plan del presidente Donald Trump para reestructurar la Reserva Federal.
El foco de los mercados estuvo en la decisión del Banco Popular de China de mantener sin cambios las tasas preferenciales de préstamos en medio de crecientes tensiones comerciales con EE.UU.
El Índice dólar, que mide al billete verde frente a una cesta de divisas principales, cayó 1.2% en la sesión asiática hasta 98.18, su nivel más bajo desde marzo de 2022.
Kevin Hassett, asesor económico de la Casa Blanca, dijo el viernes que el presidente Trump y su equipo continuaban estudiando si podrían despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Esto avivó preocupaciones sobre la independencia de la Fed, enviando ondas a través de los mercados financieros, afectando particularmente al dólar.
Este desarrollo ocurre después de que Powell dijera la semana pasada que el banco central no estaba inclinado a recortar las tasas de interés en un futuro cercano, citando presiones inflacionarias e incertidumbres económicas introducidas por los nuevos aranceles.
El USD/JPY cayó 1.1% el lunes.
Datos del viernes pasado mostraron que la inflación subyacente de Japón se aceleró en marzo, complicando la trayectoria de tasas de interés del Banco de Japón en medio de incertidumbres por los aranceles de Trump.
El par AUD/USD subió 0.8%.
Otras monedas regionales también ganaron, con el par USD/SGD cayendo 0.5%.
El par USD/KRW bajó 0.4% el lunes.
El par USD/THB cayó 0.7%, mientras que el USD/MYR disminuyó 0.8%.
El par USD/INR bajó 0.5%.
El par USD/CNY onshore cayó 0.2%, mientras que el par offshore USD/CNH perdió 0.3%.
Datos del lunes mostraron que el Banco Popular de China mantuvo estable su tasa preferencial de préstamos de referencia, en línea con las expectativas, señalando la preferencia de Beijing por impulsar el crecimiento económico a través de medidas fiscales en lugar de mayor flexibilización monetaria.
El PBoC dejó su LPR a un año en 3.1%, mientras que la LPR a cinco años, que se utiliza para establecer las tasas hipotecarias, se mantuvo en 3.6%.
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