Investing.com - "El gobierno de Estados Unidos quiere blindar su industria doméstica frente a la competencia extranjera con aranceles de hasta un 22%. Pero esta jugada llevará a un repunte de la inflación y un freno al crecimiento económico. A medio plazo, el rechazo de los consumidores ante el encarecimiento generalizado podría forzar a Washington a suavizar el tono".
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Así de rotundo se muestra Stefano Zoffoli, estratega Jefe de Swisscanto Asset Management, cuando valora la situación de la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump.
"A nivel empresarial, se teme un aumento de los cuellos de botella en las cadenas de suministro, una caída en las ventas y un estrechamiento de los márgenes", señala Zoffoli.
"En contraste, los precios de los bonos se han beneficiado de la expectativa de una desaceleración económica. Un escenario de posible estanflación complicaría aún más una relajación de la política monetaria", añade este experto.
Qué esperar
"La guerra comercial emprendida por EE.UU. está frenando el crecimiento económico. Nuestros economistas prevén un crecimiento del PIB global del 2,5%, partiendo de la hipótesis de que los aranceles anunciados serán parcialmente revisados", explica Zoffoli.
"En el escenario central (con una probabilidad del 60%), se alcanzarán acuerdos bilaterales a medio plazo. En ese caso, la inflación en EE.UU. se situaría ligeramente por encima del 3% (con un efecto directo de los aranceles de 0,3 %), mientras que en otras regiones se mantendría por debajo del 3%", destaca.
Rotación
"Este efecto moderador sobre la economía global favorece a los bonos soberanos. En renta variable, las empresas centradas en el mercado doméstico y los proveedores de servicios —como las financieras— se verán beneficiadas", resalta Zoffoli.
"En términos generales, anticipamos una rotación desde los sectores de crecimiento (como tecnología y comunicación) hacia sectores de valor (como utilities y bienes de consumo básico), y un desplazamiento del foco desde EE.UU. hacia regiones con fuerte consumo interno, como los mercados emergentes", añade.
"En un escenario negativo (10% de probabilidad), marcado por una escalada prolongada y un desplome del consumo estadounidense, la recesión sería inevitable. En el escenario positivo (30% de probabilidad), se lograrían compromisos rápidos que aliviarían las tensiones", concluye este experto.