Tras la primera reunión de política monetaria del año, la Reserva Federal (Fed) anunció que dejó la tasa de política sin cambios en 4,25%-4,5% en una decisión ampliamente anticipada. En su comunicado de política, la Fed reconoció que los datos de inflación han estado estancados en los últimos meses. Además, el banco central eliminó el lenguaje anterior que sugería que la inflación había "progresado" hacia su objetivo del 2%, afirmando en su lugar que el ritmo de aumento de los precios "permanece elevado".
En la conferencia de prensa posterior a la reunión, el presidente Jerome Powell reiteró que no necesitan apresurarse para hacer ajustes en la política monetaria, citando una elevada incertidumbre debido a los posibles cambios significativos en las políticas económicas bajo la administración Trump.
El Índice de Sentimiento de la Fed de FXStreet (FXS) subió por encima de 120 desde alrededor de 107 antes del evento, lo que sugiere que la Fed adoptó un tono más de línea dura después de la reunión de enero.
Los comentarios de los responsables de la política de la Fed sobre las perspectivas de la política confirmaron la retórica de línea dura, con el Índice de Sentimiento de la Fed de FXS bajando solo ligeramente a 120.
El vicepresidente de la Fed, Philip Jefferson, dijo el martes por la noche que enfrentaban incertidumbre en torno a las políticas gubernamentales, añadiendo que la fuerte economía les permitiría adoptar un enfoque cauteloso para una mayor relajación de la política. De manera similar, "la Fed puede tomarse su tiempo para observar los datos y los cambios de política", dijo la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly. Finalmente, el presidente de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee, señaló que las decisiones fiscales que impactan los precios o el empleo requerirán una consideración cuidadosa, argumentando que deberían ralentizar el ritmo de los recortes de tasas debido a las incertidumbres.