
Indonesia se ha unido oficialmente a los BRICS como miembro de pleno derecho, según un anuncio del gobierno de Brasil el lunes.
Esto convierte al gigante del sudeste asiático en la última incorporación a la coalición de economías emergentes, que ahora está formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto con miembros más nuevos como Egipto, Etiopía, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Indonesia había estado observando al grupo durante años, presionando para convertirse en parte de su misión de desafiar los sistemas dominados por Occidente y amplificar la voz del Sur Global.
La aprobación se produjo en 2023 durante la cumbre de los BRICS en Johannesburgo, pero Indonesia, a la espera de estabilidad política después de sus elecciones dent , retrasó la formalización de su membresía. Ahora, con el dent Prabowo Subianto a cargo desde octubre, el momento finalmente se alineó.
Los BRICS han estado en una ola de expansión. Juntos, los países representan el 37,3% del PIB mundial según la paridad del poder adquisitivo (PPA) y albergan a más de 3.300 millones de personas.
Con Indonesia en el redil, los BRICS ahora cuentan con algunas de las economías de más rápido crecimiento del planeta, junto con una gran influencia política y económica.
La economía de Indonesia está valorada en más de un billón de dólares y su papel en el comercio, la manufactura y los recursos naturales la convierte en un actor valioso para el bloque.
Además de esto, Indonesia ha expresado abiertamente su apoyo a los objetivos de los BRICS de reformar los sistemas de gobernanza global. La declaración de Brasil lo resumió así: “Indonesia contribuye positivamente a la profundización de la cooperación en el Sur Global”.
Indonesia se une oficialmente a los BRIC como miembro de pleno derecho
Piense en ello como una alternativa a SWIFT, diseñada para permitir a los países miembros liquidar el comercio utilizando las monedas digitales de sus propios bancos centrales (CBDC). Para los BRICS, blockchain es un arma. Verá, están considerando crear una nueva moneda de reserva, la “Unidad”, respaldada por una canasta de monedas miembros y posiblemente oro.
India ya ha estado a la cabeza de los acuerdos comerciales en moneda local. El país ha sellado acuerdos con 22 naciones, permitiendo el comercio en monedas nacionales en lugar del dólar. Esta estrategia ha cobrado fuerza a medida que las sanciones impuestas a países como Rusia los empujan a buscar soluciones financieras.
Aún así, queda un largo camino por recorrer. Los críticos dicen que el dominio del dólar no se desmoronará de la noche a la mañana, sin importar cuánto lo intenten los BRICS. Cuestiones internas como la fluctuación de las monedas, las disparidades económicas y los desafíos logísticos podrían desacelerar el ritmo. Pero a los BRICS no parece importarles.
Aquí es donde las cosas se ponen aún más complicadas. La Rusia de Vladimir Putin ha sido una de las voces más fuertes en los BRICS, presionando fuertemente por la desdolarización. Pero ahora hay un nuevo comodín sobre la mesa: Donald Trump. Se espera que su regreso a la presidencia de Estados Unidos cambie las cosas, especialmente en lo que respecta a los planes económicos de Rusia y la estrategia general de los BRICS.
Analicémoslo. La administración Trump siempre ha sido impredecible en lo que respecta a Rusia. Si bien se especula que Trump podría intentar enfriar las tensiones con Moscú, muchos en su bando están a favor de sanciones más duras. Si Trump redobla su apuesta por la guerra económica, podría aislar aún más a Rusia de los sistemas financieros occidentales, lo que haría aún más críticos los esfuerzos de desdolarización de los BRICS.
Para Putin, los BRICS son un salvavidas. La economía rusa se ha visto golpeada por las sanciones: la inflación se disparó a casi el 30% el año pasado y el rublo perdió el 33% de su valor desde agosto de 2024. Los ingresos petroleros, que alguna vez fueron la columna vertebral de la economía rusa, se han desplomado.
Los ingresos diarios derivados de los combustibles fósiles se han reducido a la mitad desde 2022, mientras que la decisión de Ucrania de cortar los derechos de tránsito del gas ruso a Europa le ha costado a Moscú otros 5.000 millones de dólares al año. A pesar de estos reveses, Rusia ha estado redoblando su apuesta por los BRICS.
Para el resto de los BRICS, la dinámica entre Trump y Putin es importante. Si Rusia enfrenta sanciones más estrictas, podría acelerar el impulso de los BRICS hacia sistemas financieros alternativos. Por otro lado, si Trump abre nuevas oportunidades para Rusia, podría darle al bloque más espacio para concentrarse en sus objetivos a largo plazo.
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