Por David Lawder
MADRID, 15 sep (Reuters) - El secretario del Tesoro Scott Bessent afirmó el lunes que Estados Unidos no impondrá aranceles adicionales a los productos chinos para detener las compras de petróleo ruso por parte de Pekín, a menos que los países europeos impongan a su vez gravámenes elevados a China y la India.
Bessent declaró a Reuters y Bloomberg en una entrevista conjunta que los países europeos deben desempeñar un papel más importante a la hora de reducir los ingresos del petróleo ruso y poner fin a su guerra en Ucrania.
"Esperamos que los europeos hagan su parte ahora, y no vamos a seguir adelante sin ellos", dijo Bessent cuando se le preguntó si Estados Unidos impondría aranceles relacionados con el petróleo ruso a los productos chinos después de que Donald Trump impusiera gravámenes adicionales del 25% a las importaciones indias.
Bessent dijo que en las conversaciones mantenidas con funcionarios chinos en Madrid sobre comercio señaló que Estados Unidos había impuesto aranceles a los productos indios y que Trump había instado a los países europeos a imponer aranceles del 50% al 100% a China y la India para cortar los ingresos petroleros de Rusia.
Sostuvo que la respuesta de la parte china fue que las compras de petróleo son un "asunto soberano".
Bessent criticó las compras de petróleo ruso por parte de algunos países europeos, y sostuvo que otros compran productos refinados en la India a partir de crudo ruso adquirido a precios reducidos. Afirmó que de esta forma están contribuyendo a financiar un conflicto en su propio patio trasero.
"Les garantizo que si Europa impusiera aranceles secundarios sustanciales a los compradores de petróleo ruso, la guerra terminaría en 60 o 90 días", ya que se cortaría la principal fuente de ingresos de Moscú, afirmó Bessent.
El jefe del Tesoro afirmó que los aranceles sobre los productos indios por las compras de petróleo ruso habían supuesto un "avance sustancial" en las negociaciones con la India.
Bessent afirmó que Estados Unidos estaría dispuesto a colaborar con los países europeos para estudiar sanciones más severas contra entidades rusas, incluidas grandes petroleras como Rosneft y Lukoil, junto con medidas para preparar un mayor uso de los activos soberanos rusos que han sido congelados desde la invasión a Ucrania en 2022.
Esto podría lograrse confiscando pequeñas partes de los 300.000 millones de dólares en activos congelados, o colocándolos en un vehículo de propósito especial que pudiera servir como garantía para un préstamo a Ucrania, afirmó.