Investing.com — Una nueva crítica de la firma de venta corta Muddy Waters Research argumenta que, aunque los desequilibrios económicos de Estados Unidos son reales, la actual adopción de altas tarifas sin una estrategia industrial nacional podría causar más daño que beneficio. La firma compara el enfoque estadounidense con golpear con un martillo un problema estructural que necesita planos y andamios.
Muddy Waters señala el ascenso de China como potencia manufacturera, destacando que su éxito no se construyó solo con políticas comerciales punitivas, sino con un plan industrial integral. Beijing implementó incentivos fiscales específicos, redujo la burocracia en zonas económicas especiales y destinó capital a infraestructura y generación eléctrica.
La temprana adopción de inversión extranjera directa (IED) por parte de China, incluso en sectores de bajo valor agregado, sentó las bases para una especialización posterior. Con el tiempo, China fomentó industrias de mayor valor agregado mediante políticas favorables y abandonó negocios de bajo margen como textiles, que migraron a países más económicos.
La firma argumenta que Estados Unidos apenas ha incursionado en el apoyo industrial dirigido, citando la Ley CHIPS como un paso positivo pero insuficiente. Se debe hacer más para apoyar la manufactura avanzada que se alinee con los altos costos laborales y expectativas ambientales de Estados Unidos.
Muddy Waters descarta las tarifas a países como Vietnam y Camboya como teatro económico que solo elevará los precios para los consumidores estadounidenses. "¿Estamos intentando traer de vuelta la fabricación de zapatillas y camisetas a Ohio?", pregunta retóricamente la firma. "Eso es simplemente tonto".
La crítica también apunta al panorama regulatorio estadounidense, llamándolo una "bureautocracia" obstruida con permisos excesivos y desafíos legales paralizantes. Muddy Waters sugiere crear un sistema judicial especializado para agilizar casos de desarrollo, citando a Texas y California como modelos sorprendentemente efectivos en extremos opuestos del espectro.
El gasto en infraestructura, argumentan, ha sido impulsado más por la óptica política que por necesidades prácticas. Las inauguraciones de nuevos proyectos eclipsan reparaciones críticas, mientras que las inversiones estratégicas para apoyar cadenas de suministro siguen siendo escasas y dispersas.
Sobre educación, la firma pide un retorno a la responsabilidad en escuelas K-12 y un giro hacia la formación vocacional. "China priorizó ingenieros", dice la nota. "Nosotros hemos priorizado modas educativas e inflación administrativa".
La política energética recibe críticas igualmente directas. Muddy Waters dice que EE.UU. debería abandonar los costosos subsidios para energía solar y eólica y apostar por el gas natural y la energía nuclear para garantizar energía estable y escalable para una futura base industrial.
La conclusión, según la firma, es que las tarifas aisladas son "peor que no hacer nada". Sin una estrategia industrial de diez años con múltiples enfoques, los estadounidenses podrían terminar más pobres, menos competitivos y con camisetas más caras.
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