Investing.com — El sector automotriz estadounidense se dirige hacia una posible disrupción severa, con Bernstein advirtiendo que los próximos aranceles podrían llevar a la industria de "presión en ganancias a fragilidad en la cadena de suministro".
La proclamación de la Casa Blanca del 26 de marzo impone un arancel del 25% a todos los vehículos importados a partir del 3 de abril, con partes clave —incluyendo motores y electrónicos— que seguirán el 3 de mayo.
Aunque un arancel general sobre vehículos es perjudicial, los aranceles sobre partes son lo que realmente genera alarma. Bernstein advierte que "los aranceles sobre partes podrían romper el sistema", empujando a proveedores Tier 2 y Tier 3 —que ya operan con márgenes estrechos— hacia la insolvencia.
El efecto cascada podría detener las líneas de producción y forzar a los fabricantes a intervenir con apoyo financiero. Incluso una interrupción de 60 días podría "desencadenar quiebras de proveedores, detener líneas de producción y dejar a los fabricantes luchando".
Según Bernstein, los mercados parecen estar subestimando el riesgo. Las acciones automotrices inicialmente cayeron aproximadamente un 10%, pero desde entonces han mostrado una diferenciación limitada.
El banco de inversión cree que el mercado todavía asume que habrá una reversión de política en el segundo semestre y no está valorando completamente la posible inclusión de las partes.
"Un acuerdo sectorial a puerta cerrada con la Casa Blanca aún es posible, pero hasta que se materialice, el riesgo a la baja no está correctamente valorado", dijeron los analistas liderados por Daniel Roeska.
La exposición varía considerablemente entre fabricantes. General Motors (NYSE:GM) es el más vulnerable debido a su alta dependencia de ingresos estadounidenses, significativa exposición a importaciones y bajo contenido nacional.
Bernstein estima que el EBIT de GM podría caer un 79%, las ganancias por acción un 81% y el flujo de caja libre en 4.1 mil millones de dólares en su escenario más pesimista.
Ford (NYSE:F) está menos expuesto, enfrentando una disminución del 16.5% en EBIT, mientras que se espera que Stellantis (NYSE:STLA) capee el temporal con el menor impacto, debido a su mayor contenido estadounidense y mezcla geográfica más amplia.
Incluso si los aranceles se revierten rápidamente, los analistas enfatizan que el daño operacional ya podría estar hecho.
Reabastecerse de partes no es inmediato y puede tomar meses, durante los cuales el ensamblaje de vehículos podría verse interrumpido por escasez. Con reservas de efectivo limitadas, especialmente entre proveedores, y plazos de pago que vencen solo 10 días después de la importación, la liquidez del sistema está en riesgo.
"El mercado esperaba ruido — recibió un cambio de régimen", dijo Roeska.
"La mayoría de los inversores anticiparon aranceles simbólicos o períodos de consulta extendidos. En cambio, recibieron un régimen amplio e inmediato sin salidas. La sorpresa no fue solo el 'qué', sino el 'cuán pronto' y 'cuán duro'", añadió.
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