COLUMNA-En Estados Unidos, la información es menos gratuita: Ross Kerber

Por Ross Kerber

26 mar (Reuters) - Este mes, mi colega Max Cherney envió un correo electrónico a uno de sus contactos en el Gobierno para preguntarle por el estado de su solicitud atrasada de registros en virtud de la Ley de Libertad de Información.

Nada.

A partir de ahora, "habrá un retraso significativo en todas nuestras FOIA", respondió a Cherney por correo electrónico un funcionario del Instituto Nacional de Normas y Tecnología.

"Lamentablemente, un analista que trabajaba en las solicitudes junto con muchos otros... han sido separados hoy de forma abrupta. Como resultado, necesitarán tiempo para reasignar el trabajo y evaluar los próximos pasos", dijo el funcionario.

El problema de Cherney podría volverse más común a medida que los despidos masivos por parte de la administración del presidente estadounidense Donald Trump golpean a los funcionarios y al personal del programa que cumplen con las solicitudes ciudadanas de información gubernamental, dicen los expertos que siguen el asunto , citando un informe reciente de CNN (link). Esto tiene preocupados a los demócratas del Congreso (link).

Los grupos de vigilancia utilizan tradicionalmente la FOIA como una herramienta para vigilar las acciones oficiales. La administración Trump ha luchado en los tribunales para evitar que la FOIA se aplique a su equipo de reducción del gobierno (link).

"Es un mal momento para la FOIA, no cabe duda", dijo Miranda Spivack, autora de un libro de próxima publicación (link) sobre activistas locales que penetraron en los secretos del gobierno, a menudo con la ayuda de documentos que solo podían obtener con la ayuda de las leyes de registros abiertos.

Spivack afirma que, aunque los organismos federales no despidan a sus expertos en la FOIA, la marcha de muchos expertos en la materia dificultará a los ciudadanos el control de las operaciones gubernamentales.

Según un informe del Departamento de Justicia (link), sólo el 16% de las solicitudes FOIA se concedieron en su totalidad en el ejercicio fiscal 2023, incluso cuando las solicitudes FOIA alcanzaron un récord de casi 1,2 millones.

Ni el Departamento de Justicia ni los funcionarios del NIST, la agencia que desanimó a mi colega, respondieron a las preguntas enviadas por correo electrónico el martes.

Es fácil pensar que el destino de la FOIA sólo afecta a los periodistas entrometidos, y un artículo de Margaret Kwoka, catedrática de Derecho del Estado de Ohio, explica cómo las preocupaciones de los periodistas fueron uno de los principales motores de la aprobación de la FOIA en 1966. Sin embargo, según Kwoka, en los últimos años las solicitudes de los periodistas sólo han representado en torno al 3% del total.

Mientras tanto, el uso corporativo ha crecido hasta dominar el número de solicitudes en algunas grandes agencias reguladoras, incluyendo el 74% en la Administración de Alimentos y Medicamentos; el 69% en la Comisión de Valores y Bolsa, y el 79% en la Agencia de Protección Ambiental, me dijo Kwoka, basándose en su última investigación.

Entre los solicitantes figuran empresas de calificación crediticia, inmobiliarias y bufetes de abogados que desean conocer el precio de diversos contratos públicos.

Kwoka ha escrito que los esfuerzos de las empresas y los abogados en relación con la FOIA han desplazado a los periodistas , que eran los beneficiarios originales de la ley. El problema, me dijo Kwoka por teléfono, es que muchas empresas no tienen otra vía para obtener la información.

"Sólo recurren a la FOIA porque no tienen otras opciones. Pero están desbordando por completo las oficinas de la FOIA", dijo.

Sin embargo, las empresas que encuentran y distribuyen la información tienen un valor añadido , según David Cuillier, director del Proyecto Joseph L. Brechner de Libertad de Información de la Universidad de Florida.

El amplio uso comercial de los datos gubernamentales "engrasa nuestra maquinaria económica", afirmó.