Por Michael Erman, Ahmed Aboulenein y Julie Steenhuysen
WASHINGTON, 22 sep (Reuters) - El presidente Donald Trump afirmó el lunes que existe una relación entre el uso del popular analgésico de venta libre Tylenol con el desarrollo de autismo durante el embarazo, una afirmación que muchos médicos ponen en duda.
Los investigadores afirman que no hay pruebas concluyentes de que exista una relación entre el uso de Tylenol y el autismo. Afirman que la leucovorina, utilizada para tratar a algunos pacientes con cáncer que reciben quimioterapia, ha mostrado resultados prometedores en ensayos muy pequeños, pero que aún se necesitan ensayos aleatorios a gran escala.
Trump también sugirió la leucovorina, una forma de ácido fólico, como tratamiento para los síntomas del autismo durante un evento en la Casa Blanca.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) publicó un aviso en el Registro Federal antes de su discurso, en el que aprobaba una versión del medicamento fabricado por GSK GSK.L que había retirado anteriormente. La FDA aprobó el medicamento para una afección relacionada con el autismo.
La FDA citó una revisión del uso de la leucovorina en 40 pacientes con un trastorno metabólico poco común llamado deficiencia cerebral de folato que puede provocar una serie de síntomas neurológicos, algunos de los cuales se observan en personas con autismo.
La FDA notificará a los médicos que el uso de Tylenol durante el embarazo puede estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo, dijo Trump, sin presentar pruebas que respalden esta afirmación.
"Tomar Tylenol no es bueno. Lo digo claramente. No es bueno", afirmó. "No se le debe dar Tylenol a los niños cada vez que les pongan una vacuna", añadió.
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha prometido encontrar la causa del autismo y lleva tiempo sugiriendo sin pruebas científicas que está relacionado con las vacunas. También ha dicho que debe estar relacionado con una toxina ambiental.
Décadas de estudios aún no han establecido una causa definitiva, pero muchos científicos creen que la genética, potencialmente en combinación con influencias ambientales, desempeña un papel.
Muchos expertos, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, atribuyen en gran medida el aumento de la tasa de autismo a la detección generalizada y la inclusión de una gama más amplia de comportamientos para definir la condición, lo que lleva al diagnóstico de individuos con signos más leves o más sutiles de la condición.
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