Por Will Dunham
WASHINGTON, 2 jul (Reuters) - La explosión de una estrella, llamada supernova, es un acontecimiento inmensamente violento. Normalmente se trata de una estrella de más de ocho veces la masa de nuestro sol que agota su combustible nuclear y sufre un colapso del núcleo, desencadenando una única y poderosa explosión.
Pero hay una supernova menos frecuente en la que interviene un tipo diferente de estrella -una brasa estelar llamada enana blanca- y se produce una doble detonación. Los investigadores han obtenido por primera vez pruebas fotográficas de este tipo de supernova, utilizando el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral, con sede en Chile.
Las dos explosiones consecutivas destruyeron una enana blanca con una masa similar a la del Sol y situada a unos 160.000 años-luz de la Tierra, en dirección a la constelación de Dorado, en una galaxia cercana a la Vía Láctea llamada Gran Nube de Magallanes. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año, 5,9 billones de millas (9,5 billones de km).
La imagen muestra la escena de la explosión unos 300 años después de que se produjera, con dos envolturas concéntricas del elemento calcio desplazándose hacia el exterior.
Este tipo de explosión, denominada supernova de tipo Ia, se habría producido por la interacción entre una enana blanca y una estrella compañera en órbita cercana -otra enana blanca o una estrella inusual rica en helio- en lo que se denomina un sistema binario.
A través de su atracción gravitatoria, la enana blanca primaria comenzaría a extraer helio de su compañera. En algún momento, el helio de la superficie de la enana blanca se volvería tan caliente y denso que detonaría, produciendo una onda expansiva que comprimiría y encendería el núcleo subyacente de la estrella y desencadenaría una segunda detonación.
"No queda nada. La enana blanca está completamente desintegrada", afirma Priyam Das, estudiante de doctorado en astrofísica de la Universidad de Nueva Gales del Sur Canberra (Australia) y autor principal del estudio publicado el miércoles en la revista Nature Astronomy.
"El tiempo de retardo entre las dos detonaciones está fijado esencialmente por el tiempo que tarda la detonación de helio en viajar desde un polo de la estrella hasta el otro. Sólo son unos dos segundos", explica el astrofísico y coautor del estudio Ivo Seitenzahl, científico visitante en la Universidad Nacional Australiana de Canberra.
En el tipo más común de supernova, queda un remanente de la estrella masiva que explotó en forma de una densa estrella de neutrones o un agujero negro.
Los investigadores utilizaron el instrumento MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer) del Very Large Telescope para cartografiar la distribución de los distintos elementos químicos en las secuelas de la supernova. El calcio se ve en azul en la imagen: un anillo exterior causado por la primera detonación y un anillo interior por la segunda.
Estas dos capas de calcio representan "la prueba perfecta del mecanismo de doble detonación", afirma Das.
"Podemos llamar a esto astronomía forense -término inventado por mí-, ya que estamos estudiando los restos muertos de las estrellas para entender qué causó su muerte", dijo Das.