Investing.com — Los elevados aranceles entre Estados Unidos y China representan un "escenario de todos pierden" para ambos países, convirtiendo la desescalada en un "incentivo compartido" antes de las próximas discusiones comerciales, según analistas de Citi.
Se espera que el Secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, se reúna esta semana con el viceprimer ministro chino He Lifeng —considerado el principal representante de Pekín para asuntos económicos y comerciales—, lo que genera esperanzas de un posible alivio en la disputa arancelaria entre las dos economías más grandes del mundo.
Sin embargo, en una nota a sus clientes, los analistas de Citi dijeron que ven "solo un camino estrecho por delante" para una reducción del conflicto. Resolver los desacuerdos sobre los recientes aranceles de represalia y gravámenes relacionados con el supuesto papel de China en el flujo del fentanilo ilegal hacia EE.UU. sería "fácil", argumentó el bróker.
Lo que podría resultar más difícil sería eliminar el llamado arancel "recíproco" del 34% de Trump sobre China, que anunció en un evento en la Casa Blanca a principios de abril, señalaron los analistas.
"Desde una perspectiva macro, la tasa arancelaria total podría mantenerse prohibitivamente alta en los próximos 6-12 meses", escribieron. "Sin embargo, con más exenciones, el comercio podría fluir, especialmente en sectores menos sensibles al precio".
En un comunicado, Bessent, quien ha emergido como uno de los principales negociadores comerciales de la Administración Trump, dijo que espera "conversaciones productivas mientras trabajamos para reequilibrar el sistema económico internacional hacia un mejor servicio a los intereses de Estados Unidos".
Citando un comunicado chino, Reuters informó que China ha acordado reunirse con Bessent y el principal negociador comercial estadounidense Jamieson Greer en Suiza este fin de semana. Si bien Pekín dijo que planea "volver a comprometerse" con EE.UU., advirtió que "nunca aceptará" un acuerdo si los funcionarios de Trump intentan "usar las conversaciones como cobertura para continuar con la coerción y el chantaje".
China quedó excluida del reciente aplazamiento de Trump de aranceles "recíprocos" punitivos sobre varios países, y actualmente enfrenta amplios gravámenes estadounidenses de al menos 145%.
Pekín, que ha impuesto sus propios aranceles de represalia del 125% sobre las importaciones estadounidenses, se ha convertido en un objetivo central de la agenda arancelaria de Trump, con el presidente argumentando que China es un "candidato para el ’principal estafador’ en el comercio". China ha respondido con su propia retórica acalorada, aumentando las tensiones con Washington.
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