Investing.com — Los analistas de Bernstein proyectan una perspectiva estable para los precios del aluminio, con un alcance limitado para grandes ganancias en los próximos años.
En un informe reciente, el bróker pronostica un aumento moderado del 10-15% desde los niveles de precios actuales, alineándose con el rango en el que el mercado ha fluctuado durante gran parte de 2025.
Se espera que el mercado global del aluminio permanezca ampliamente equilibrado durante la próxima década. Bernstein estima que la demanda crecerá a una tasa anual del 2,1% hasta 2040, impulsada por los sectores de construcción y edificación, automóviles y transmisión eléctrica.
Se prevé que la oferta crezca a un ritmo ligeramente más lento del 1,6% anual, con la producción reciclada (secundaria) aumentando más rápidamente al 4,3%.
"Combinado con un mercado bien equilibrado", dijeron los analistas de Bernstein, "no vemos mucho potencial estructural al alza para el aluminio".
La hipótesis de base de Bernstein para el precio se sitúa en 2.650 dólares por tonelada hasta 2029, reflejando expectativas de rentabilidad a medio ciclo.
El modelado de escenarios sugiere que los precios podrían oscilar entre un mínimo de 2.491 dólares y un máximo de 3.262 dólares en ese período.
A corto plazo, se espera que los precios sigan la confianza en torno a China, el productor y consumidor dominante de aluminio en el mundo. Los anuncios de estímulo y las señales de recuperación económica siguen siendo clave para los movimientos a corto plazo.
Los cambios de política también están configurando los precios regionales. La introducción de un arancel del 35% sobre las importaciones de aluminio a EE.UU. ha elevado la prima del Medio Oeste mientras debilita la prima de Rotterdam en Europa.
Bernstein señala que, si bien esto tiene efectos locales, no altera significativamente el equilibrio global entre oferta y demanda.
En cuanto a la oferta, el sector del aluminio enfrenta desafíos estructurales a largo plazo. Las fundiciones envejecidas, algunas en operación desde la década de 1980, deberán ser reemplazadas, lo que potencialmente reducirá los costes de producción.
Sin embargo, Bernstein ve un apetito limitado por inversiones en nueva capacidad a gran escala, especialmente en EE.UU., donde los altos costes de energía y mano de obra hacen que la economía de las fundiciones sea menos atractiva en comparación con Canadá.
Mientras tanto, se espera que los esfuerzos para reducir la intensidad de carbono en la producción de aluminio avancen lentamente.
Aunque Europa ha implementado un impuesto fronterizo al carbono, Bernstein argumenta que su impacto global será limitado.
La mayor parte de la demanda de Europa puede satisfacerse con el suministro existente de bajo carbono, y el alto coste de reemplazar la energía basada en carbón sigue siendo una barrera para la descarbonización generalizada.
El reciclaje continúa ganando importancia, y se proyecta que la producción secundaria de aluminio ganará cuota de mercado a medida que aumente el suministro de chatarra.
Aunque la contaminación limita su uso en sectores de alta especificación, el aluminio reciclado ahora representa aproximadamente un cuarto de la producción global, y se espera que esta proporción aumente constantemente.
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