Por Jennifer Rigby
LONDRES, 6 mar (Reuters) - Algunos proyectos sanitarios cuyos contratos de financiación con Estados Unidos se rescindieron abruptamente la semana pasada han recibido cartas revocando esa decisión, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con los proyectos y con uno de los grupos.
Los beneficiarios de la ayuda dijeron que las decisiones eran prometedoras, pero su trabajo sigue en el limbo, ya que la financiación de sus proyectos por parte del mayor donante del mundo aún no se había reiniciado.
El jueves de la semana pasada, el Gobierno del presidente Donald Trump canceló alrededor del 90% de los contratos financiados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Departamento de Estado, generando repercusiones en la comunidad mundial de ayuda.
Michael Adekunle Charles, director ejecutivo de la Alianza RBM para Acabar con la Malaria, dijo que la carta de su organización revirtiendo esa decisión llegó a última hora del miércoles.
"Creo que es una buena noticia. Tenemos que esperar a los próximos días para recibir orientaciones adicionales", afirmó. "Nuestra prioridad es salvar vidas, así que cuanto antes podamos ponernos en marcha para seguir salvando vidas, mejor".
Sin embargo, Charles dijo que eso sería difícil a menos que la financiación empiece a fluir de nuevo. Algunos contratistas de ayuda exterior y beneficiarios de subvenciones estadounidenses llevarán el jueves ante un juez federal de Estados Unidos su lucha para que se restablezcan los pagos.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no estaba inmediatamente disponible para hacer comentarios.
Otros programas auspiciados por la ONU y financiados en parte por Estados Unidos, incluida la Alianza Alto a la Tuberculosis, también vieron revocados sus avisos de rescisión esta semana, dijeron a Reuters dos fuentes cercanas a los grupos.
Trump ordenó una pausa de 90 días en toda la ayuda exterior estadounidense en su primer día en el cargo. Esa medida, y las consiguientes órdenes de suspensión del trabajo que detienen las operaciones de USAID en todo el mundo, han puesto en peligro la entrega de alimentos y la ayuda médica, generando caos en las iniciativas mundiales de ayuda humanitaria.
El Gobierno también puso en excedencia a la mayor parte del personal de USAID y ha eliminado 1.600 puestos de trabajo. Las posteriores exenciones para algunos de los trabajos aumentaron la confusión, seguidas de los ceses de la semana pasada.