
El Yen japonés (JPY) avanza durante la sesión asiática del jueves y se aleja de un mínimo de casi ocho meses, alcanzado frente a su contraparte estadounidense el día anterior. El Ministro de Finanzas japonés, Katsunobu Kato, advirtió a principios de esta semana sobre la volatilidad en el mercado de divisas en medio de la reciente caída de la moneda nacional. Además, las apuestas por otra subida de tasas de interés por parte del Banco de Japón (BoJ) siguen sobre la mesa, lo que resulta ser otro factor que ofrece cierto soporte al JPY.
Cualquier apreciación significativa del JPY, sin embargo, parece esquiva ante las crecientes preocupaciones sobre las perspectivas fiscales en Japón. De hecho, Sanae Takaichi, quien se espera que se convierta en la primera mujer Primer Ministro de Japón, es una gran defensora del gasto gubernamental agresivo y se espera que se oponga a un mayor endurecimiento de la política por parte del BoJ. Además, el acuerdo entre Israel y Hamas sobre la primera fase del acuerdo de paz impulsa el sentimiento de riesgo global y podría contribuir a limitar las ganancias del JPY, considerado un refugio seguro.

El índice de fuerza relativa (RSI) diario se mantiene cerca de la zona de sobrecompra y frena a los operadores de abrir nuevas posiciones alcistas alrededor del par USD/JPY. Cualquier retroceso subsiguiente, sin embargo, es probable que atraiga a nuevos compradores y se mantenga amortiguado cerca de la cifra redonda de 152.00. Esto es seguido por el mínimo de la noche anterior, alrededor de la región de 151.70, que, si se rompe, podría provocar algunas ventas técnicas y arrastrar los precios al punto de resistencia horizontal fuerte de 151.00.
Por el contrario, la cifra redonda de 153.00, o un pico de varios meses alcanzado el miércoles, ahora parece actuar como un obstáculo inmediato. Una fortaleza sostenida más allá de dicho nivel reafirmará la perspectiva positiva y elevará el par USD/JPY hacia el siguiente obstáculo relevante, cerca de la región de 153.70-153.75, antes de que los alcistas finalmente apunten a recuperar la marca de 154.00 por primera vez desde el 12 de febrero.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.