El Yen japonés (JPY) se fortaleció durante la sesión asiática del jueves tras la publicación de las actas de la reunión de julio del Banco de Japón (BoJ), que revelaron que el banco central espera seguir subiendo las tasas si la inflación y la economía se desarrollan como se estima. Esto se suma a las disidencias de línea dura sobre la decisión de mantener las tasas la semana pasada y reafirma las expectativas del mercado de que el BoJ se mantendrá en su camino de normalización de políticas. Aparte de esto, el estado de ánimo cauteloso del mercado ayuda aún más al JPY, considerado refugio seguro, a recuperar parte de las fuertes pérdidas del día anterior frente a su contraparte estadounidense.
Mientras tanto, la perspectiva de línea dura del BoJ marca una divergencia significativa en comparación con las crecientes apuestas por más recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Esta última mantiene un límite en el repunte del Dólar estadounidense (USD) durante la noche a un máximo de dos semanas y beneficia aún más al JPY de menor rendimiento. Sin embargo, las expectativas de que la incertidumbre política interna y los vientos en contra económicos derivados de los aranceles de EE.UU. podrían dar al BoJ más razones para retrasar el aumento de las tasas de interés podrían frenar a los alcistas del JPY de realizar apuestas agresivas. Esto, a su vez, respalda la posibilidad de que surjan compras en torno al par USD/JPY.
Desde una perspectiva técnica, el cierre nocturno por encima de la media móvil simple (SMA) de 200 días por primera vez desde el 31 de julio podría verse como un nuevo desencadenante para los alcistas del USD/JPY. Además, los osciladores en el gráfico diario han estado ganando tracción positiva y sugieren que el camino de menor resistencia para los precios al contado sigue siendo al alza. Algunas compras de continuación más allá del área de 149.15, o el pico mensual, reafirmarán la perspectiva constructiva y permitirán al par apuntar a recuperar el nivel psicológico de 150.00. El impulso podría extenderse aún más hacia el obstáculo intermedio de 150.55-150.60 en ruta hacia la zona de 151.00, o el máximo de finales de julio/principios de agosto.
Por otro lado, la debilidad por debajo de la SMA de 200 días, actualmente situada cerca de la mitad de los 148.00, podría verse como una oportunidad de compra y es más probable que se mantenga limitada cerca de la cifra redonda de 148.00. Esta última podría ahora actuar como una base sólida para el par USD/JPY, que, si se rompe de manera decisiva, podría provocar algunas ventas técnicas y exponer la zona de soporte de 147.20. La posterior caída por debajo del nivel de 147.00 anulará la perspectiva positiva y cambiará el sesgo a corto plazo a favor de los bajistas. Esto debería allanar el camino para una caída hacia la región de 146.40 en ruta hacia el nivel de 146.00 y la región de 145.50-145.45, o el nivel más bajo desde el 7 de julio tocado la semana pasada.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.