El Euro se apreció por tercer día consecutivo el martes, alcanzando niveles por encima de 172.60 por primera vez desde julio del año pasado, con el Yen, refugio seguro, afectado por un estado de ánimo del mercado algo más optimista el martes.
Sin embargo, el par comienza a parecer sobreextendido en la mayoría de los marcos temporales, tras un rally de casi el 7% desde los mínimos de finales de mayo y una apreciación de más del 10% desde finales de febrero. El RSI de 4 horas muestra una divergencia bajista, una señal que a menudo anticipa correcciones significativas.
En el frente macroeconómico, los positivos datos del PIB y de Producción Industrial de China vistos más temprano hoy han mejorado la confianza de los inversores en la fortaleza de la segunda economía más grande del mundo y han aliviado las preocupaciones sobre el impacto de los aranceles de Trump en las perspectivas de crecimiento global.
Estas opiniones han socavado el apoyo al Yen japonés, refugio seguro, que es uno de los peores desempeños del G8 el martes.
En la Eurozona, las conversaciones comerciales en curso entre representantes de la UE y EE. UU., y los comentarios positivos del lado europeo, están alimentando las esperanzas de que el arancel del 30% anunciado por el presidente Trump durante el fin de semana aún se puede evitar. Este sentimiento está contribuyendo a mantener al Euro en alza frente a sus principales pares el martes.
El Yen japonés (JPY) es una de las divisas más negociadas del mundo. Su valor viene determinado en líneas generales por la marcha de la economía japonesa, pero más concretamente por la política del Banco de Japón, el diferencial entre los rendimientos de los bonos japoneses y estadounidenses o el sentimiento de riesgo entre los operadores, entre otros factores.
Uno de los mandatos del Banco de Japón es el control de divisas, por lo que sus movimientos son clave para el Yen. El BoJ ha intervenido directamente en los mercados de divisas en ocasiones, generalmente para bajar el valor del Yen, aunque se abstiene de hacerlo a menudo debido a las preocupaciones políticas de sus principales socios comerciales. La actual política monetaria ultralaxa del BoJ, basada en estímulos masivos a la economía, ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para luchar contra niveles de inflación de décadas.
La postura del Banco de Japón de mantener una política monetaria ultralaxa ha provocado un aumento de la divergencia política con otros bancos centrales, en particular con la Reserva Federal estadounidense. Esto favorece la ampliación del diferencial entre los bonos estadounidenses y japoneses a 10 años, lo que favorece al Dólar frente al Yen.
El Yen japonés suele considerarse una inversión de refugio seguro. Esto significa que en tiempos de tensión en los mercados, los inversores son más propensos a poner su dinero en la moneda japonesa debido a su supuesta fiabilidad y estabilidad. En épocas turbulentas, es probable que el Yen se revalorice frente a otras divisas en las que se considera más arriesgado invertir.