El Dólar australiano (AUD) enfrenta presión a la baja a medida que las dinámicas comerciales globales cambian, particularmente entre los Estados Unidos (EE.UU.) y China. A pesar de las señales de una producción de cobre más fuerte en China, los acuerdos comerciales y las políticas de la Reserva Federal (Fed) continúan moldeando el sentimiento de los inversores, con la Fed esperándose que mantenga las tasas estables durante los próximos meses.
El par AUD/USD está mostrando un impulso bajista, actualmente cotizando alrededor de 0.6370, bajando aproximadamente un 0.66% en el día. El Índice de Fuerza Relativa (RSI) es neutral, oscilando en los 50, mientras que el MACD sugiere una señal de venta. Las medias móviles a corto plazo, incluyendo las medias móviles simples (SMA) de 20 días y 200 días, indican presión de venta, mientras que la SMA de 100 días señala una posible compra. Los niveles clave de soporte se encuentran en 0.6366, 0.6352 y 0.6344, con resistencia en 0.6387, 0.6392 y 0.6395. La perspectiva técnica sigue siendo negativa, particularmente con la reciente caída en los precios de las materias primas y la fortaleza del Dólar estadounidense.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.