El par AUD/USD salta a cerca de 0.6430 el viernes. El par australiano se fortalece mientras el Dólar estadounidense (USD) corrige bruscamente, incluso cuando las esperanzas de una desescalada en la guerra comercial entre Estados Unidos (EE.UU.) y China han mejorado.
La confianza de los inversores en que las tensiones comerciales entre las dos mayores potencias del mundo han aumentado tras los comentarios del Ministerio de Comercio chino, que indicaron que Pekín está abierto a conversaciones comerciales pero quiere que EE.UU. muestre "sinceridad".
La relajación de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China es favorable para el Dólar australiano (AUD), dado que Australia es el principal socio comercial de Pekín.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que rastrea el valor del Dólar frente a seis monedas principales, cae bruscamente a cerca de 99.75.
Mientras tanto, los inversores esperan los datos de Nóminas No Agrícolas (NFP) de EE.UU. para abril, que se publicarán a las 12:30 GMT. Se espera que el NFP de EE.UU. muestre que la economía añadió 130.000 nuevos trabajadores, significativamente menos que la lectura de marzo de 228.000.
El AUD/USD se consolida en un rango estrecho de 0.6340-0.6450 durante casi dos semanas. El par oscila cerca de la media móvil exponencial (EMA) de 200 días alrededor de 0.6407, indicando una tendencia lateral.
El índice de fuerza relativa (RSI) de 14 días oscila alrededor de 60.00. Un nuevo impulso alcista surgiría si el RSI rompe por encima de ese nivel.
Más alzas aparecerían hacia la resistencia de nivel redondo de 0.6500 y el máximo del 25 de noviembre de 0.6550 si el par rompe por encima del máximo del 5 de diciembre de 0.6456.
Por otro lado, un movimiento a la baja por debajo del mínimo del 4 de marzo de 0.6187 hacia el mínimo de febrero de 0.6087, seguido del soporte psicológico de 0.6000.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.