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EEUU corre riesgos por la presión sobre los consumidores con rentas más bajas

Reuters3 de nov de 2025 15:54

Por Howard Schneider

- La persistencia del consumo como sostén de la economía estadounidense puede ponerse a prueba en las próximas semanas, a medida que los presupuestos familiares, sobre todo entre los menos pudientes.

Los consumidores se verían afectados por el aumento de los costos sanitarios, la posible pérdida de ayudas federales para alimentación y unas perspectivas de mercado laboral opacas que ya están haciendo mella en los ingresos.

Noviembre suele ser el inicio de una boyante temporada de compras y viajes, con las vacaciones de Acción de Gracias a finales de mes y la Navidad a fines de diciembre.

Este año, además, coincide con la posible pérdida de ayudas alimentarias para muchas familias en un contexto de paralización parcial del Gobierno estadounidense, y el aumento de los costos de salud si a principios de año se recortan los subsidios federales a las pólizas de seguro ofrecidas en el marco de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (ACA), también conocida como Obamacare.

Si a esto se añade el gasto perdido por cientos de miles de trabajadores federales en suspensión de empleo, una serie de anuncios de despidos por parte de las principales empresas, el aumento de los precios y una reciente caída de la confianza de los consumidores, puede que se ponga a prueba la capacidad de resistencia de los compradores estadounidenses.

"La economía estadounidense es una bestia dinámica y resistente de 30 billones de dólares, pero va a enfrentarse a una prueba a fin de año", dijo Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM US, con "los choques políticos adversos que emanan de Washington y el cambio de comportamiento entre las empresas que acapararon mano de obra durante los últimos cuatro o cinco años (...) Vamos a ver un cambio a un alza de la tasa de desempleo".

Las próximas sacudidas a los presupuestos familiares ocurrirán en un contexto de desempleo aún bajo y un gasto de los consumidores que, al menos hasta agosto, crecía a un ritmo anual del 2,7%, más lento que el año pasado pero aún en expansión.

Por ahora, sin embargo, los responsables a cargo de la política monetaria de la Reserva Federal y de otros organismos carecerán de informaciones actualizadas del Gobierno para comprender cómo se está adaptando la economía en un momento crítico, ya que el cierre no solo ha interrumpido las prestaciones, sino también el flujo de datos.

La financiación de las prestaciones del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria para cerca de 42 millones de personas con bajos ingresos, casi el 12% de la población estadounidense, debía agotarse el 1 de noviembre a causa del cierre.

Sin embargo, un juez federal de Rhode Island dictaminó el viernes que la suspensión de las prestaciones era ilegal, y no estaba claro si algunas de ellas se pagarían este mes.

La pérdida de las prestaciones del SNAP, también conocidas como cupones de alimentos, "impondría dificultades significativas a muchos hogares, pero el impacto en el gasto general de los consumidores y en el PIB probablemente será relativamente pequeño", de unos 100.000 millones de dólares al año, dijo Samuel Tombs, economista jefe para Estados Unidos de Pantheon Macroeconomics.

Sin embargo, ese es "solo un canal a través del cual el cierre pesará sobre la actividad este trimestre", agregó.

En su ausencia, al menos una decena de estados tienen planes para cubrir parte del déficit de prestaciones alimentarias, pero las cantidades en cuestión son una fracción de lo que el programa proporciona cada mes, y algunos estados grandes como Texas y Florida no han anunciado ningún esfuerzo para intervenir.

EN LA FED VEN INDICIOS DE UNA ECONOMÍA "EN FORMA DE K"

Los economistas no ven necesariamente que la economía vaya a entrar en recesión como resultado de las crecientes presiones sobre los consumidores, aunque Brusuelas estima que el cierre puede reducir el crecimiento del cuarto trimestre en un punto porcentual, al 1%.

Así como el actual cierre puede afectar a los presupuestos familiares en vísperas de la temporada alta de compras, las fuerzas compensatorias, incluidos los recortes fiscales y las exenciones para cosas como el pago de horas extraordinarias y los ingresos por propinas, aumentarán muchos reembolsos familiares el próximo año.

"En el primer trimestre del año, vamos a ver importantes devoluciones de impuestos para los trabajadores estadounidenses", dijo recientemente el secretario del Tesoro Scott Bessent a Fox Business Network, algo que también permitirá a algunos contribuyentes retener menos y mantener más de sus cheques de pago semanales.

Sin embargo, cómo se compensa todo eso está por determinarse y será observado de cerca por los responsables de política monetaria de la Fed que intentan entender si la economía se ralentiza y el desempleo aumenta o si se acelerará a medida que las empresas y los hogares terminen de adaptarse al comercio, la inmigración y otros cambios políticos del primer año del segundo mandato del presidente Donald Trump en la Casa Blanca.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo a periodistas después de que el banco central recortó las tasas de interés un cuarto de punto porcentual la semana pasada, destacó cómo el gasto de los consumidores "ha desafiado muchas previsiones negativas" y ha ayudado a sostener el crecimiento económico.

Pero también destacó, al igual que otros responsables de política monetaria de la Fed, el actual patrón "bifurcado" -a veces denominado "economía en forma de K"- de las familias con mayores ingresos que aprovechan las ganancias del mercado de valores y gastan libremente en viajes, bienes de gama alta y comidas en restaurantes, en contraste con las señales de estrés, incluido el aumento de los impagos de préstamos para automóviles y las compras de oportunidades en el resto del país.

"Hay tanta información anecdótica al respecto que creemos que hay algo ahí", dijo Powell.

Mientras tanto, los despidos anunciados por Amazon.com, UPS y otras empresas "podrían tener absolutamente implicaciones para la creación de empleo", que algunos economistas ya consideran estancada, añadió Powell.

La pregunta para la Fed es si los buenos tiempos en el "espolón" más alto de la K siguen siendo suficientes, en conjunto, para compensar la debilidad de otras partes.

Los vientos en contra están a punto de endurecerse.

Además de la amenaza que pesa sobre los pagos del SNAP, los presupuestos familiares podrían sufrir otro golpe debido al alza de las primas de los seguros de salud adquiridos en virtud de la ACA.

La Kaiser Family Foundation estimó que la pérdida de créditos fiscales costará a los más de 20 millones de personas aseguradas a través de la ACA más de 1.000 dólares al año cada uno en promedio, y potencialmente más.

Las investigaciones del JPMorganChase Institute apuntan a otro riesgo. El análisis de su base de datos interna de titulares de cuentas mostró que el crecimiento de los ingresos ajustados a la inflación entre las personas de 25 a 54 años, un grupo demográfico de consumo clave, había caído de alrededor del 3% anual al 2%, a la par con la lenta tasa posterior a la crisis financiera y la recesión de 2007-2009.

De cara a las próximas vacaciones, hay motivos para preocuparse por el consumidor, según los economistas de Yardeni Research. Junto con todos los demás factores adversos, encuestas recientes muestran que la gente planea gastar menos durante la temporada de compras navideñas y, además, habrá menos gente gastando debido a las recientes deportaciones de inmigrantes y al endurecimiento de la aplicación de las leyes de inmigración.

"Habrá literalmente menos gente comprando en Estados Unidos esta Navidad, y los que compren dicen que gastarán menos", comentó Jackie Doherty, redactora colaboradora de Yardeni.

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