Por Leigh Thomas
PARÍS, 23 sep (Reuters) - El crecimiento mundial se mantiene mejor de lo previsto, pero aún no se ha dejado sentir todo el impacto de la subida de aranceles de Estados Unidos, mientras que la inversión en inteligencia artificial (IA) sostiene por ahora la actividad estadounidense y el apoyo fiscal amortigua la ralentización de China, según dijo el martes la OCDE.
En su último Informe Provisional de Perspectivas Económicas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que el impacto total de la subida de aranceles de EEUU aún no se ha hecho sentir y que las empresas han absorbido hasta ahora gran parte del impacto a través de márgenes más estrechos y reservas de existencias.
Muchas empresas almacenaron bienes antes de las subidas arancelarias del Gobierno de Trump, que elevaron la tasa efectiva de Estados Unidos sobre las importaciones de mercancías a un estimado del 19,5% a finales de agosto, el más alto desde 1933, en las profundidades de la Gran Depresión.
MEJORA DE LAS PREVISIONES DE CRECIMIENTO DE LA OCDE PARA 2025
Se espera que la economía mundial se ralentice solo ligeramente, hasta el 3,2% en 2025 desde el 3,3% del año pasado, frente al 2,9% previsto por la OCDE en junio.
Sin embargo, la organización con sede en París mantuvo su previsión para 2026 en el 2,9%, ya que el impulso de la creación de inventarios ya se está desvaneciendo y se espera que los aranceles más altos pesen sobre el crecimiento de la inversión y el comercio.
La OCDE pronosticó que el crecimiento económico de EEUU se ralentizaría hasta el 1,8% en 2025, frente al 1,6% previsto en junio, desde el 2,8% del año pasado, antes de reducirse hasta el 1,5% en 2026, sin cambios respecto a la previsión anterior.
Según la OCDE, se espera que el auge de la inversión en inteligencia artificial, el apoyo fiscal y los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal ayuden a compensar el impacto del aumento de los aranceles, el descenso de la inmigración neta y los recortes de empleo a nivel federal.
En China, el crecimiento también se ralentizará en la segunda mitad del año, a medida que disminuya la prisa por enviar las exportaciones antes de que se apliquen los aranceles estadounidenses y se reduzca el apoyo fiscal.
No obstante, se espera que la economía china crezca un 4,9% este año, frente al 4,7% de junio, antes de ralentizarse hasta el 4,4% en 2026, una revisión al alza desde el 4,3%.
En la zona euro, las tensiones comerciales y geopolíticas contrarrestan el impulso de la bajada de los tipos de interés, según la OCDE.
Se prevé que la economía del bloque crezca un 1,2% este año, revisado al alza desde el 1,0% anterior, y un 1,0% en 2026, frente al 1,2% anterior, ya que el aumento del gasto público en Alemania impulsa el crecimiento, mientras que las medidas de austeridad pesan sobre Francia e Italia.
Se espera que la economía japonesa se favorezca este año de la solidez de los beneficios empresariales y del repunte de la inversión, elevando el crecimiento al 1,1% —frente al 0,7% anterior— antes de que el impulso se desvanezca y la expansión se ralentice hasta el 0,5% en 2026, revisado al alza desde el 0,4%.
La OCDE revisó al alza su previsión de crecimiento para Reino Unido, del 1,3% al 1,4% este año, y mantuvo sin cambios su previsión para 2026 en el 1,0%.
SE ESPERA QUE LA POLÍTICA MONETARIA SEA EXPANSIVA
Ante la ralentización del crecimiento, la OCDE señaló que espera que la mayoría de los principales bancos centrales reduzcan los costes de los préstamos o mantengan una política monetaria acomodaticia durante el próximo año, siempre que las presiones inflacionistas sigan disminuyendo.
Se prevé que la Reserva Federal de EEUU siga recortando los tipos a medida que se debilite el mercado laboral, a menos que el aumento de los aranceles provoque una mayor inflación.
En Australia, Reino Unido y Canadá se prevén recortes graduales de los tipos, mientras que el Banco Central Europeo se mantendrá estable con una inflación cercana a su objetivo del 2%.
Sin embargo, se espera que Japón suba los tipos a medida que prosigue su lenta retirada de la política monetaria ultralaxa.