Por Joyce Lee, Jihoon Lee y Hyunjoo Jin
INCHEON, COREA DEL SUR, 12 sep (Reuters) - Unos 300 trabajadores surcoreanos volvieron a casa el viernes para reunirse con sus familias, una semana después de ser detenidos en una importante redada de inmigración estadounidense que dejó a algunos con la duda de si volverían a trabajar en Estados Unidos.
Ataviados con mascarillas, desembarcaron de un avión en el aeropuerto de Incheon y fueron recibidos con vítores de oficiales, incluido el jefe de gabinete presidencial, antes de ser trasladados en autobús para reunirse con sus familiares.
Su regreso culminó una semana de intensas negociaciones por parte de Seúl para conseguir su liberación y llevarlos a casa tras haber sido detenidos con esposas y grilletes, imágenes que conmocionaron a muchos en Corea del Sur, un aliado clave de Estados Unidos.
Las empresas surcoreanas han tenido dificultades durante mucho tiempo para obtener visados adecuados para el personal especializado que necesitan en las obras de los proyectos durante meses, lo que ha llevado a algunos trabajadores a confiar en las zonas grises de la aplicación de visados estadounidenses.
Los dos países están considerando establecer un grupo de trabajo para analizar un nuevo tipo de visado para los coreanos, según el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, que visitó Washington esta semana.
El jefe de gabinete presidencial, Kang Hoon-sik, dijo que había acudido al aeropuerto para destacar la seriedad con la que el presidente Lee Jae Myung se estaba tomando el incidente que había afectado a "gente inocente de Corea".
"Estamos en una época de nueva normalidad en el trato con Estados Unidos", dijo Kang a los periodistas.
"La norma cambia cada vez y constantemente deben realizarse negociaciones, no solo en materia de aranceles, sino también en cuestiones de seguridad", dijo.
Los trabajadores fueron recibidos por familiares y responsables de LG Energy Solution (LGES) 373220.KS, y sus subcontratistas. La empresa de baterías está asociada con Hyundai Motor 005380.KS para construir la planta en el estado estadounidense de Georgia.
La redada ha amenazado con desestabilizar los lazos en un momento en que los países tratan de cerrar un acuerdo comercial, que incluye un fondo de inversión de 350.000 millones de dólares para apoyar a industrias estratégicas estadounidenses.
En una muestra de resentimiento, en la puerta de llegada, un hombre desplegó un gran cartel en el que aparecía el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vestido con un traje con las iniciales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos y portando una bolsa llena de billetes de dólar con una ametralladora colgada del pecho. El pie de foto decía: "¡Somos amigos!"
La policía obligó más tarde al propietario del cartel a alejarse de la puerta de llegada.