El gobernador del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, habló en un panel celebrado el sábado durante la conferencia anual de la Reserva Federal en Jackson Hole, Wyoming.
Ueda declaró que se espera que los salarios en su país permanezcan bajo presión alcista debido a un mercado laboral ajustado. Sus comentarios señalaron su optimismo de que las condiciones para otra subida de tipos de interés estaban tomando forma, informó Reuters.
A pesar de la disminución de la población en edad de trabajar en Japón, el crecimiento salarial se mantuvo estancado durante décadas debido a expectativas deflacionarias arraigadas que desalentaron a las empresas a aumentar precios y salarios.
Ahora, los salarios están aumentando y las escaseces de mano de obra se han convertido en uno de nuestros problemas económicos más apremiantes.
Notablemente, el crecimiento salarial se está extendiendo de las grandes empresas a las pequeñas y medianas empresas.
A menos que ocurra un gran shock negativo en la demanda, se espera que el mercado laboral permanezca ajustado y continúe ejerciendo presión alcista sobre los salarios.
Al momento de la publicación, el par USD/JPY subía un 0.13% en el día a 147.10.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.