Por Andrea Shalal
WASHINGTON, 19 ago (Reuters) - El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo que espera un gran aumento en los ingresos por los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump e indicó que el dinero se usará primero para comenzar a pagar la deuda federal, no para dar cheques de reembolso a los estadounidenses.
En una entrevista en "Squawk Box" de CNBC, Bessent dijo que espera revisar muy al alza su estimación anterior de 300.000 millones de dólares en ingresos por los gravámenes, pero se negó a ser más específico.
Bessent dijo que no había hablado con Trump sobre la idea de utilizar los fondos de los aranceles para crear un dividendo para los estadounidenses, pero subrayó que ambos están "enfocados con láser" en el pago de la deuda.
"He estado diciendo que los ingresos arancelarios podrían ser de 300.000 millones de dólares este año. Voy a tener que revisar eso sustancialmente", comentó. "Vamos a reducir el déficit con respecto al PIB. Empezaremos a pagar la deuda, y entonces en ese punto eso podrá usarse como compensación al pueblo estadounidense".
Según Bessent, la economía estadounidense podría volver al "crecimiento bueno y poco inflacionista" de la década de 1990, pero culpó a unas tasas de interés altas de los problemas que aquejan a algunos sectores de la economía, señalando la vivienda y los hogares de rentas más bajas con mucha deuda de tarjetas de crédito.
Un recorte de la tasa de referencia de la Reserva Federal -que Trump ha reclamado de forma continua- podría facilitar un auge o repunte de la construcción de viviendas, lo que ayudaría a mantener los precios bajos uno o dos años, señaló.
La Oficina del Censo informó el martes de un pequeño aumento en la construcción de viviendas unifamiliares y permisos para futuras edificaciones en julio, pese a que las tasas hipotecarias y la incertidumbre económica continuaron obstaculizando la compra de casas.
Los aranceles de importación de amplio alcance de Trump han impedido que la Fed baje las tasas este año, y la mayoría de las autoridades monetarias se muestran cautas a la hora de relajar los costos de endeudamiento hasta que tengan más confianza en que los gravámenes no reavivarán la inflación, que aún tiene que volver al objetivo del 2% fijado por la entidad.
No obstante, los recientes indicios de debilidad en el mercado laboral han convencido en gran medida a los inversores de que la Fed recortará las tasas un cuarto de punto porcentual en septiembre. La expectativa ha contribuido a bajar los tipos hipotecarios en las últimas semanas.
Antes, Bessent había dicho que estaba justificado un recorte de tasas de 50 puntos básicos.