El Banco de Japón (BoJ) publicó el Resumen de Opiniones de su reunión de política monetaria de enero, con los hallazgos clave señalados a continuación.
Un miembro señala que las expectativas de inflación del público japonés están aumentando a medida que la inflación supera el 2% por cuarto año consecutivo.
Un miembro sugiere que el momento de la subida de tasas es neutral en comparación con las expectativas del mercado.
Un miembro sugiere que la economía de Japón puede manejar el estrés potencial de las nuevas políticas de la administración de EE.UU.
Un miembro ve riesgos crecientes al alza en los precios.
Un miembro ve una mayor flexibilidad de la política debido a la probable pausa en la subida de tasas de la Fed.
Un miembro insta a continuar con las subidas de tasas para combatir las tasas de interés reales profundamente negativas.
Un miembro sugiere un ajuste gradual del apoyo monetario en respuesta al creciente riesgo de un exceso de inflación.
Un miembro pide un ajuste del apoyo monetario para evitar que una relajación excesiva cause más caídas del yen y un sobrecalentamiento financiero.
Un miembro del BoJ ve indeseable un debilitamiento rápido del yen.
Un miembro advierte sobre la necesidad de monitorear el riesgo de una corrección excesiva del yen.
Tras el Resumen de Opiniones del BoJ, el par USD/JPY sube un 0.14% en el día para cotizar en 155.30 al momento de escribir
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.