
China anunció que rechazaría las nuevas amenazas arancelas de Donald Trump y tomó medidas para apuntalar sus mercados. Los temores de una guerra comercial prolongada ahora están en su punto más alto.
En una declaración el martes, el Ministerio de Comercio de China criticó el plan de Washington de imponer aranceles adicionales como "un error además de un error". La declaración agregó además: "Si Estados Unidos insiste en su manera, China luchará hasta el final".
Esto se produjo después de que Trump prometió imponer un impuesto de importación adicional del 50% a los productos chinos si Beijing no retiraba sus recientes aranceles de represalia. Según un funcionario de la Casa Blanca, el nuevo movimiento traería tarifas anunciadas totales este año al 104%, basándose en un aumento "recíproco" del 34% establecido para el 9 de abril y un aumento del 20% introducido anteriormente.
Las autoridades en China señalaron que no retrocederán fácilmente. "La retórica de China es StronG", comentó Michelle Lam, economista del Gran China de Societe Generale.
Michelle Lam agregó: "Sin que Trump retroceda, los inversores pueden necesitar prepararse para el desacoplamiento comercial entre ambos países". A pesar de la tensión, el Ministerio de Comercio dejó espacio para la discusión, aunque Trump amenazó con detener todas las conversaciones si Beijing no cumple.
A medida que la confrontación se calentaba, los funcionarios chinos recurrieron a las medidas de soporte del mercado. Aflojaron su control sobre el yuan para ayudar a los exportadores y dirigieron a un grupo de fondos respaldados por el estado, conocidos como el equipo nacional, a comprar activos.
Los informes también sugirieron que algún estímulo podría avanzar para estabilizar la economía. Aun así, el yuan en tierra cayó a su punto más débil desde septiembre de 2023, y el yuan en alta mar tocó un mínimo de dos meses el martes. Un día después de registrar su peor inmersión desde la crisis financiera, el índice Hang Seng China Enterprises aumentó hasta 2.26%.
Las tensiones políticas no muestran signos de relajación. Los observadores señalan que Trump, que regresó a la Casa Blanca a principios de este año, no ha hablado con el President Xi Jinping desde que asumió el cargo nuevamente. Marca lo más largo que un líder estadounidense se ha ido sin contactar a una homólogo chino en dos décadas. Los analistas se preocupan de que la falta de compromiso directo pueda inflamar la guerra comercial.
La dependencia reducida de China en la demanda estadounidense puede imprimir el impacto de los aranceles, sin embargo, los observadores comerciales advierten que la escalada continua podría dañar a ambas economías. Por ahora, los inversores en todo el mundo permanecen nerviosos, temiendo una mayor escalada si ninguno de los lados retrocede de su postura.
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