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La deuda mundial total alcanza un récord de 323 billones de dólares en el tercer trimestre

Cryptopolitan6 de dic de 2024 19:30

La deuda global ha alcanzado la impresionante cifra de 323 billones de dólares en el tercer trimestre de 2024. Eso es 12 billones de dólares más que cuando comenzamos el año.

En las últimas dos décadas, la deuda global total se ha triplicado, lo que pone en perspectiva la cifra actual. La relación deuda-PIB se sitúa ahora en 326%, más que los niveles previos a la pandemia, y no muestra signos de desaceleración.

Los mercados emergentes cargan con 105 billones de dólares de esta deuda o el 245% de su PIB. Estos son niveles casi récord, lo que deja a las economías con un respiro limitado para priorizar cualquier cosa que no sea la supervivencia. Los pagos de la deuda están consumiendo dinero que debería gastarse en salud, educación e infraestructura.

Países pobres, sistemas rotos

Las instituciones multilaterales se están convirtiendo en el único salvavidas para las naciones en dificultades, según Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial. "En los países pobres altamente endeudados, los bancos multilaterales de desarrollo están actuando ahora como prestamistas de último recurso, un papel para el que no fueron diseñados", dijo.

Añadió que los sistemas financieros están tan quebrados que el dinero sale de las economías pobres cuando necesitan desesperadamente entradas para sobrevivir.

La situación es desalentadora. Investigaciones anteriores del FMI destacan cómo la política fiscal en todo el mundo se está inclinando hacia un mayor gasto. Los gobiernos están bajo presión para asignar más dinero al envejecimiento de la población, la atención sanitaria, la adaptación al clima y el gasto militar, todo ello mientras la deuda sigue aumentando.

Las tensiones geopolíticas tampoco ayudan, a medida que se acumulan las demandas de defensa y seguridad energética. Pero hay más malas noticias: los pronósticos de deuda son notoriamente equivocados. Los datos históricos del FMI muestran que los ratios deuda/PIB suelen superar las proyecciones en 10 puntos porcentuales en cinco años.

Entonces, ¿cuáles son las proyecciones que se están haciendo ahora? Tómalos con un grano de sal. La situación fácilmente podría ser peor de lo que dice el papel. En realidad, casi siempre lo es.

El Monitor Fiscal del FMI introduce un nuevo marco de “deuda en riesgo”, con el objetivo de brindar una mejor imagen de los resultados futuros de la deuda. Alerta de spoiler: los riesgos son enormes. Si las cosas van mal (un crecimiento más lento, fallas en la política fiscal y una creciente incertidumbre), la deuda pública global podría alcanzar el 115% del PIB en tres años.

Eso es 20 puntos porcentuales más que las proyecciones actuales. Los países también se están viendo presionados por factores globales como los efectos de la inestabilidad de las políticas estadounidenses, lo que hace aún más difícil gestionar los costos de endeudamiento.

La amenaza oculta de la deuda no contabilizada

La deuda no contabilizada, o los pasivos no dent , es otro problema que pesa sobre las finanzas públicas. Un análisis profundo de más de 30 países muestra que el 40% de estos pasivos provienen de empresas estatales y otros riesgos fiscales.

En promedio, estas deudas ocultas representan entre el 1% y el 1,5% del PIB, pero pueden aumentar durante las tensiones financieras. Se trata de una bomba de tiempo para los países que ya luchan por gestionar sus deudas visibles.

Aquí está el verdadero problema: los ajustes fiscales actuales ni siquiera se acercan a lo que se necesita. Según el FMI, los países apuntan a un ajuste promedio del 1% del PIB en seis años. Para estabilizar la deuda, necesitarían ajustar la política fiscal en un 3,8% del PIB.

Eso es casi cuatro veces el plan actual. Para gigantes económicos como China y Estados Unidos, el esfuerzo requerido es aún mayor. Pero a diferencia de los países más pequeños, tienen más herramientas y opciones a su disposición.

El costo real de arreglar la deuda

Arreglar la deuda no será barato. Recortar la inversión pública puede parecer una solución rápida, pero arruina las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Por otro lado, recortar las transferencias sociales deja a las poblaciones vulnerables en la ruina.

El FMI aboga por un enfoque equilibrado, en el que los países se centren en medidas favorables al crecimiento y al mismo tiempo salvaguarden las redes de seguridad social.

Se espera que las economías avanzadas reformen los programas de prestaciones sociales y mejoren los sistemas tributarios. Mientras tanto, los mercados emergentes tienen margen para aumentar los ingresos ampliando las bases impositivas y mejorando la administración tributaria. Pero también necesitan mantener las inversiones públicas para apoyar los objetivos de desarrollo.

El tiempo también importa. Los ajustes fiscales graduales son menos dolorosos y limitan las consecuencias económicas, mientras que las medidas abruptas pueden causar pérdidas masivas de producción, hasta un 40% más que las medidas graduales. Aun así, es posible que los países que enfrentan un alto nivel de endeudamiento no puedan darse el lujo de disponer de tiempo. Tendrán que adelantar sus ajustes para evitar crisis inmediatas.

Los gobiernos también necesitan mejorar sus acciones. Una gobernanza fiscal tron , una mejor gestión del riesgo y estadísticas de deuda transparentes son fundamentales para restablecer la confianza. Sin estas medidas, la confianza del público en la política fiscal seguirá erosionándose.

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