JPMorgan ha sacudido los mercados con una apuesta revisada para que el Banco Central Europeo (BCE) reduzca los tipos de interés en medio punto porcentual el próximo mes.
El gigante bancario, que originalmente esperaba la medida en enero, ahora cree que diciembre será el punto de inflexión para un recorte de tasas mayor. ¿Su razonamiento? "Los datos económicos se están revelando más rápido de lo que nadie esperaba".
La actividad empresarial de la eurozona se contrajo en noviembre. La inflación en Alemania no cumplió con los pronósticos y la tasa de inflación básica de la región no se movió como se esperaba. Estas señales, según JPMorgan, constituyen argumentos tron para que el BCE adopte medidas más agresivas.
Los comerciantes no perdieron el tiempo en reaccionar. Los mercados monetarios duplicaron sus apuestas sobre un recorte de 50 puntos básicos, elevando las probabilidades al 20%, frente al 10% apenas unos días antes. Le siguieron los bonos alemanes, cuyos rendimientos a dos años cayeron cinco puntos básicos hasta el 1,95%, un nivel no visto desde finales de 2022.
El economista de JPMorgan, Greg Fuzesi, en una nota a un cliente, explicó el cambio, citando varios factores. La fuerte caída del Índice de Gerentes de Compras (PMI), la lenta inflación del sector de servicios, las persistentes incertidumbres comerciales y las tasas que siguen siendo demasiado restrictivas formaron la columna vertebral de su argumento.
El BCE no es ajeno a los mensajes contradictorios, y esta vez no es la excepción. Francois Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno, pidió recortes continuos de las tasas, pero no llegó a especificar el ritmo. Dejó la puerta abierta a que las decisiones futuras se basen en la evolución de las condiciones.
Isabel Schnabel, sin embargo, tuvo una visión más clara a principios de esta semana. Sostuvo que los costos de endeudamiento ya estaban cerca de un nivel neutral, sugiriendo que nuevos recortes podrían no ser tan urgentes.
A pesar de estas opiniones diferentes, Fuzesi de JPMorgan cree que los datos hablan más que la política interna. "Aunque la dinámica interna en el Consejo de Gobierno a veces puede dar lugar a resultados difíciles de entender, los datos se han movido de una manera que hace que un recorte de 50 puntos básicos ya sea convincente en diciembre", escribió.
La próxima decisión sobre los tipos marcará el cuarto recorte del BCE este año. Los mercados han descontado en gran medida una reducción menor de 25 puntos básicos, pero los argumentos a favor de algo mayor están ganando impulso. La inflación en la eurozona subió al 2,3% en noviembre, nuevamente por encima del objetivo del 2% del BCE. La inflación subyacente (excluidos elementos volátiles como energía, alimentos, alcohol y tabaco) se mantuvo estable en 2,7% por tercer mes consecutivo.
La rigidez de la inflación en los servicios, que cayó ligeramente del 4% al 3,9%, añade otra complicación a los cálculos del BCE. Los economistas esperaban una mayor inflación en Alemania, pero no se materializó, añadiendo más presión sobre las autoridades para que actuaran con decisión.
El contexto económico de la eurozona parece inestable. La actividad empresarial, medida por el PMI, sigue cayendo. Las presiones inflacionarias, si bien en general aumentan, siguen siendo desiguales entre sectores. El reciente aumento al 2,3% desde el 2% en octubre se produce después de meses de cifras más suaves, en parte debido a que la deflación de los precios de la energía se desvaneció de la ecuación.
A pesar de esto, el BCE no está operando en el vacío. Los factores externos, como las consecuencias globales de la reciente elección de Donald Trump como dent de Estados Unidos, añaden capas de incertidumbre. Los aranceles comerciales, si se implementan, podrían asfixiar las exportaciones europeas, complicando aún más la tarea del BCE. Estos riesgos pesarán mucho en las proyecciones actualizadas del personal técnico del banco central, previstas justo antes de su reunión del 12 de diciembre.
Melanie Debono, economista senior de Pantheon Macroeconomics para el euro, duda de que esté en juego un recorte de medio punto. Señala el desempleo récord del bloque y el mayor crecimiento salarial en el tercer trimestre como factores que podrían frenar al BCE.
"La decisión final seguirá siendo difícil", dijo Debono, prediciendo que el BCE probablemente se apegará a un movimiento menor de 25 puntos básicos en diciembre, al que seguirán recortes similares en enero y marzo.
Los mercados están nerviosos pero se mantienen cautelosos. Las especulaciones sobre un recorte mayor se desvanecieron después de que las previsiones de crecimiento mejoraron ligeramente y la inflación se recuperó en octubre. Los responsables de las políticas del BCE, incluido Schnabel, también han subrayado la importancia de una acción mesurada, señalando que actuar a lo grande podría no ser la respuesta todavía.
Más allá de las preocupaciones sobre la inflación y el crecimiento, el BCE enfrenta presiones de los mercados de bonos. Los bonos alemanes subieron después del informe de JPMorgan, pero no todos están convencidos de que el banco central vaya a intervenir agresivamente.
Joachim Nagel, miembro del Consejo de Gobierno, dejó claro que el BCE no actuará para abordar las fluctuaciones de los bonos gubernamentales causadas por riesgos políticos. Hablando en Frankfurt, Nagel dijo: "Lo que sucede con los bonos gubernamentales individuales suele ser un reflejo de lo que puede estar sucediendo políticamente en el país en ese momento".
El BCE cuenta con herramientas como el Instrumento de Protección de Transmisión (TPI) para estabilizar los mercados cuando la política monetaria está en riesgo. Introducido en 2022, el TPI permite al BCE comprar bonos gubernamentales en condiciones estrictas. Sin embargo, Nagel descartó el uso de este mecanismo para cuestiones políticas y dijo: "No es tarea de la política monetaria rescatar a países individuales".
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