
Por Zahra Burton y Steven Aristil
KINGSTON/PUERTO PRÍNCIPE, 31 oct (Reuters) - Melissa, una de las tormentas más fuertes de las que se tiene constancia que haya tocado tierra en el Caribe, empezó a disiparse el viernes tras sembrar la devastación en gran parte de Jamaica, incomunicar comunidades en Cuba, traer lluvias en Haití y dejar al menos 50 muertos.
Melissa ha sido la tormenta más potente que ha tocado tierra directamente en Jamaica, y el primer gran huracán que lo hace desde 1988. El pronosticador estadounidense AccuWeather calculó entre 48.000 millones y 52.000 millones de dólares en daños y pérdidas económicas en todo el Caribe occidental.
Melissa azotó el suroeste de Jamaica el martes como un poderoso huracán de categoría 5, mucho más que la velocidad mínima de los vientos para la clasificación de huracán más fuerte, y devastó muchas zonas ya golpeadas por el huracán Beryl el año pasado.
La ministra de Información de Jamaica confirmó el viernes la muerte de al menos 19 personas, pero dijo que había indicios de que se recuperarían más cadáveres. Unas 462.000 personas siguen sin electricidad y se han iniciado distribuciones de alimentos de emergencia, dijo.
En Haití, que no fue golpeado directamente, pero sufrió días de lluvias torrenciales de la tormenta de lento movimiento, las autoridades informaron de al menos 31 muertes y 20 desapariciones.
Al menos 23 personas, entre ellas 10 niños, murieron en la ciudad meridional haitiana de Petit-Goave al desbordarse un río. Las lluvias también dañaron carreteras, casas y tierras de cultivo.
"Es un momento triste para el país", dijo el jefe del consejo presidencial de transición de Haití. "Además de los muertos y desaparecidos, hay muchos daños materiales: casas destruidas, campos inundados, pérdida de ganado y carreteras cortadas".
Las autoridades también advirtieron del riesgo de cólera, que resurgió en Haití en 2022 y se propaga a través del agua contaminada.
En Cuba, donde Melissa golpeó como huracán de categoría 3, no había reportes muertes hasta el viernes, pero sí grandes daños en viviendas, carreteras y cultivos. Cientos de miles de personas fueron evacuadas del este de Cuba y de los alrededores de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande de la isla.
Melissa cortó las comunicaciones en cinco de las 14 parroquias de Jamaica, dijo el ministro de Gobierno local, Desmond McKenzie, en una sesión informativa, al presentar una evaluación inicial de los daños.
"No es una lectura agradable", dijo de la ciudad portuaria de Falmouth, al noroeste del país: "El edificio municipal ha quedado destruido. La enfermería: destruida. El departamento de carreteras y obras: destruido. El palacio de justicia: destruido".
Los vuelos con ayuda humanitaria empezaron a aterrizar en Jamaica el jueves, mientras el ejército del país llamaba a las reservas para ayudar en las labores de socorro y rescate.
"La situación sobre el terreno es lo que sólo puede describirse como apocalíptica", dijo el director para el Caribe del Programa Mundial de Alimentos, Brian Bogart, en una rueda de prensa tras visitar Black River, cerca de donde Melissa tocó tierra en Jamaica.
"Parece como si hubiera estallado una bomba en esa comunidad y la gente sigue en estado de shock".