Por Laurie Chen y Lewis Jackson
PEKÍN, 5 jun (Reuters) - En un imponente edificio gris situado al este de la plaza de Tiananmen de Pekín, un pequeño equipo del Ministerio de Comercio chino decide el destino de la industria automovilística mundial, permiso a permiso de exportación de imanes de tierras raras.
China mantiene un cuasimonopolio sobre los imanes de tierras raras -un componente crucial en los motores de los vehículos eléctricos- y los incluyó en abril en una lista de control de exportaciones como parte de su guerra comercial con Estados Unidos, obligando a todos los exportadores a solicitar licencias a Pekín.
Corresponde a la Oficina de Seguridad Industrial y Control de Importaciones y Exportaciones -que forma parte del Ministerio de Comercio chino- revisar los permisos de exportación de los imanes de tierras raras, vitales para motores de autos, turbinas eólicas e incluso cazas F-35 estadounidenses.
Aunque desde fines de abril se han concedido decenas de licencias, ejecutivos, grupos de presión y diplomáticos afirman que son sólo una pequeña parte de las solicitudes llegadas de fabricantes de automóviles, empresas de semiconductores y compañías aeroespaciales de todo el mundo desde que se introdujeron los controles de exportación más estrictos.
Washington dice que los retrasos demuestran que China está incumpliendo los compromisos adquiridos en las conversaciones comerciales en Ginebra el mes pasado y tomó represalias restringiendo la exportación de piezas de motores de aviones y otros equipos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, conversaron por teléfono el jueves mientras la escalada de la disputa por el dominio chino sobre las tierras raras amenaza con hacer descarrilar la frágil tregua comercial acordada entre las dos superpotencias.
Cuando entraron en vigor las nuevas medidas sobre los imanes de tierras raras, la oficina de control de exportaciones contaba con 30 empleados, pero ahora tiene unos 60, según dos fuentes que fueron informadas de una reunión entre el ministerio y empresas chinas y europeas de semiconductores la semana pasada.
"Apreciamos que el Mofcom haya aumentado sus recursos para hacer frente a la demanda y que estén trabajando duro y muchas horas en estos asuntos", dijo Adam Dunnett, secretario general de la Cámara de Comercio Europea en China, refiriéndose al ministerio.
"Pero la realidad es que esto está teniendo un enorme impacto en una gran variedad de sectores. Es algo que podría haberse planificado y desplegado mejor", afirmó.
Según los registros de personal publicados en el sitio web del Ministerio de Comercio en junio de 2024, sólo hay tres altos funcionarios dentro de la oficina que pueden aprobar los permisos de exportación.
En el sitio web ministerial figura el siguiente horario para la oficina de permisos de exportación: Días laborables, de 8:30 a 11:30 y de 14:00 a 17:00.
Reuters no pudo determinar la plantilla actual ni si ahora hay más funcionarios capaces de aprobar las solicitudes. El Ministerio de Comercio no respondió a las preguntas de Reuters sobre este asunto.
La alarma mundial por la escasez subraya la enorme influencia que ha adquirido China gracias a su cuasimonopolio en la producción de tierras raras. También revela un complejo proceso burocrático que ha ido de control en control.
"El proceso para que nuestros proveedores soliciten licencias de exportación de varias tierras raras (...) desde abril, es complejo y lleva mucho tiempo, en parte debido a la necesidad de recopilar y proporcionar mucha información", dijo el mes pasado un portavoz de Bosch, la multinacional alemana de ingeniería y tecnología.
A fines de marzo, el ministerio publicó una guía en chino con casi 14.000 caracteres en mandarín.
Sólo los proveedores europeos de automóviles han presentado cientos de solicitudes desde principios de abril, de las que sólo se ha concedido una cuarta parte. Según fuentes que han presentado pedidos o han sido informadas al respecto, pueden tener entre docenas y cientos de páginas.
Las directrices del Ministerio de Comercio exigen información que incluye descripciones técnicas de los productos, contratos firmados. También se fomentan las descripciones de las instalaciones de producción y las fotos de los productos.
El objetivo declarado de China es garantizar que los productos de doble uso no acaben en equipos militares, pero los funcionarios suelen ser excesivamente cautos pese a que muchas solicitudes indican claramente su uso comercial, indicó Dunnett.
"Otra preocupación que nos han transmitido algunas empresas es que se les pide información sensible y excesiva que forma parte de su propiedad intelectual, lo que ha provocado retrasos en sus solicitudes", agregó.
Aunque las solicitudes deben tramitarse en 45 días laborables, el ministerio dice que las relacionadas con la seguridad nacional tardarán más, sin definir cuánto tiempo.
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