El precio del Oro (XAU/USD) atrae algunas compras en caídas durante la sesión asiática del jueves y se recupera por encima de la marca de 3.400$ en la última hora, revirtiendo una gran parte de la caída nocturna desde un máximo de dos semanas. El presidente de EE.UU., Donald Trump, moderó las esperanzas de una rápida resolución de la guerra comercial entre EE.UU. y China al decir que no tiene prisa por firmar ningún acuerdo. Esto, junto con los riesgos geopolíticos derivados de la guerra entre Rusia y Ucrania, los conflictos en Oriente Medio y una peligrosa confrontación militar en la frontera entre India y Pakistán, apuntalan el oro de refugio seguro.
Mientras tanto, la reacción inicial del mercado a la pausa restrictiva de la Reserva Federal (Fed) el miércoles resulta ser efímera en medio de la creciente incertidumbre económica provocada por el cambio rápido de postura de Trump sobre las políticas comerciales. Esto, a su vez, no ayuda al Dólar estadounidense (USD) a capitalizar las modestas ganancias del día anterior y se considera otro factor que respalda la demanda del precio del Oro. Sin embargo, un tono generalmente positivo en torno a los mercados bursátiles podría frenar a los alcistas del XAU/USD de realizar apuestas agresivas y mantener un límite en cualquier ganancia significativa.
Desde una perspectiva técnica, la aparición de nuevas compras cerca de la resistencia convertida en soporte de 3.260$ y el posterior movimiento al alza favorecen a los alcistas del XAU/USD. Además, los osciladores en el gráfico diario se mantienen cómodamente en territorio positivo, sugiriendo que el camino de menor resistencia para el precio del Oro sigue siendo al alza. Algunas compras de seguimiento más allá de la región de 3.434-3.435$, o el máximo semanal, reafirmarán el sesgo positivo y permitirán que la mercancía vuelva a probar el máximo histórico y realice un nuevo intento de conquistar la marca psicológica de 3.500$.
Por el contrario, el área de 3.465-3.460$ podría seguir actuando como un fuerte soporte inmediato antes de la región de 3.328-3.327$ y la cifra redonda de 3.300$. Una ruptura convincente por debajo de esta última negaría la perspectiva positiva a corto plazo y provocaría algunas ventas técnicas. La trayectoria a la baja podría arrastrar el precio del Oro hacia el soporte intermedio de 3.265-3.260$ en ruta hacia la región de 3.223-3.222$ y el mínimo de la semana pasada, alrededor de los 3.200$.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.