Bélgica, dispuesta a desempeñar un papel más importante en sector minero del Congo: canciller

Por Ange Kasongo

KINSHASA, 29 abr (Reuters) - Bélgica está abierta a una mayor participación en el sector minero de la República Democrática del Congo, dijo su ministro de Asuntos Exteriores en una visita a la antigua colonia belga, que busca diversificar sus socios inversores.

El enorme país centroafricano alberga grandes reservas de cobre, cobalto, litio y uranio, entre otros minerales, pero la inestabilidad crónica ha sido durante mucho tiempo un obstáculo para la inversión extranjera.

Kinshasa está intentando atraer a nuevos actores al sector y ya se han iniciado conversaciones con Washington después de que un senador congoleño que propone un acuerdo de minerales por seguridad se puso en contacto con funcionarios estadounidenses.

Consultado el lunes por Reuters sobre el posible interés en los minerales congoleños, el ministro de Asuntos Exteriores, Maxime Prevot, afirmó que Bélgica cuenta con empresas con los conocimientos necesarios para reforzar su papel en el sector.

"Tenemos una experiencia reconocida a nivel mundial con empresas como Umicore y John Cockerill, que tienen la capacidad de procesar todos estos materiales críticos raros", dijo.

"Si algún día surge la oportunidad de ser también un socio inversor, no nos echaremos atrás", añadió.

A pesar del dominio chino, las empresas belgas llevan décadas participando en la extracción, procesamiento y comercio de cobalto, cobre y diamantes congoleños.

El grupo belga de tecnología de materiales Umicore UMI.BR firmó el año pasado un acuerdo con la minera estatal Gecamines para enviar concentrados de germanio a Europa.

Prevot afirmó que el planteamiento belga de trabajar con el Congo era bueno para ambos países, y lo contrapuso a la forma de actuar de otros socios. "Observamos las motivaciones de otros actores internacionales que a veces pueden tener un enfoque más transaccional", dijo.

Prevot tenía previsto visitar la ciudad de Beni el martes, en el marco de un viaje destinado a llamar la atención sobre los graves problemas de derechos humanos, especialmente en las provincias orientales del Congo, donde el ejército se enfrenta a una ofensiva de los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda.