La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado ligeramente a la baja su previsión de demanda de petróleo para este año. Esto se debe a una importante ralentización de la demanda en el segundo trimestre, sobre todo en las economías emergentes, donde el aumento anual fue el más bajo desde 2020, que se vio afectado por la pandemia de COVID-19, señala Carsten Fritsch, analista de materias primas de Commerzbank.
"En China, la demanda fue 110 mil barriles diarios inferior a la del año anterior. El comienzo del tercer trimestre tampoco fue muy prometedor en China, como demuestran las débiles importaciones de crudo y las últimas cifras de la Oficina Nacional de Estadística sobre el procesamiento de crudo en las refinerías chinas. Este cayó a 13,9 millones de barriles diarios en julio, el nivel más bajo desde octubre de 2022".
"En los primeros siete meses del año, el procesamiento de petróleo crudo se mantuvo un 1,2% por debajo del nivel del año anterior. La última vez que ocurrió esto fue a finales de 2022, cuando la demanda de petróleo en China registró un descenso anual sin precedentes hasta entonces debido a la estricta política COVID-19. Las razones de la debilidad de la transformación son fáciles de nombrar. Los bajos márgenes de procesamiento y la moderada demanda de combustible hacen que sea menos atractivo para las refinerías procesar petróleo crudo."
"La creciente proporción de coches eléctricos en el parque automovilístico hace que el aumento de la demanda de gasolina durante los meses de verano, cuando la demanda es alta, sea menor que el año anterior. Según la consultora Oilchem, la utilización de la capacidad de las refinerías independientes de la provincia de Shandong, importante para el refino, fue algo superior al 56% en julio, 7,3 puntos porcentuales menos que el año anterior. Por tanto, es poco probable que la última revisión a la baja de la demanda (china) de petróleo por parte de la AIE sea la última".